Historia

A mediados de la década del '30, Sebastián Ginart, inmigrante mallorquín, con la ayuda de su hijo, comienzan a concretar su viejo sueño de tener un vivero. Los años siguientes fueron duros, pero el ánimo por seguir tra-bajando cada vez más jamás decayó, y paso a paso, las plantas de durazneros, los cítricos y los rosales, se em-pezaron a comercializar en toda la zona.


Con el tiempo se incorporan al vivero los nietos: Jorge, Miguel y Enrique, y la empresa familiar empezó a sentir la presencia de sangre jóven en sus surcos, haciendo crecer cada vez más al vivero, permitiéndo entregar un producto cada vez mejor, de maxima calidad a nuestros clientes.